BIENVENID@

A tod@s las madres, padres, enfermer@s o estudiantes de enfermería y gente en general preocupad@s por dar los mejores cuidados a l@s más pequeñ@s.
Espero que la información proporcionada os guste y sea de utilidad.

sábado, 21 de enero de 2012


IMPACTO EN LOS PADRES DEL INGRESO DE SU BEBÉ
El nacimiento de un hijo supone para los padres una fuente de incertidumbre acerca de su propia capacidad para ser padres, las reacciones normales o anormales del niño, el ritmo de crecimiento, aprendizaje y el desarrollo que el niño debe seguir. En definitiva, los padres de un recién nacido, aun sin ser el primer hijo, tienen dudas acerca de todo lo que respecta al normal desarrollo de su hijo. Si a estas condiciones previas, le añadimos que se trate de un niño considerado como “de alto riesgo”, cuyo pronóstico es incierto, las
dudas y miedos de los padres se multiplican, lo que provoca la aparición de ansiedad y preocupación
que pueden producir una interferencia en la relación padres-hijo. Esta interferencia tiene como consecuencia
un incremento del riesgo de alteración del desarrollo.
Esto es debido, en gran parte, a la necesidad de llevar al bebé a las unidades de cuidados intermedios o intensivos neonatales. En estas unidades, el número de procedimientos asistenciales y de diagnóstico es muy elevado y en la mayoría de los casos altamente invasivos, lo que hace parecer al niño como un ser indefenso y débil, rodeado de tubos, aparatos y alarmas que actúan de barrera entre el niño y los padres, dificultando el establecimiento de un vínculo padres-hijo adecuado, que como mencionamos antes, supone un incrementodel riesgo de aparición de alteraciones en el desarrollo. A lo que hay que añadir el gran gasto emocional, humano y económico que constituye para las familias la hospitalización prolongada.
Por otro lado, hay que tener en cuenta, que los padres tienen que asumir y aceptar que su hijo, en caso de supervivencia, es muy susceptible de presentar a medio y largo plazo algún déficit en su desarrollo. Esto supone un proceso de aceptación y adaptación muy complicado, porque no es comprender y asumir una realidad, sino una posibilidad. Además, en muchos casos esta posibilidad se convierte en realidad al establecerse una lesión o déficit. Los padres experimentan altos niveles de estrés y emociones negativas, tales como ansiedad, depresión, culpa y desesperanza; y, dado que las circunstancias a las que están sometidos son intensas y se prolongan en el tiempo, esta ansiedad y preocupación pueden llegar a derivar en verdaderas patologías. Los objetivos que debemos perseguir los profesionales son: evaluar y analizar el impacto emocional sobre los padres, situar este impacto a nivel individual y ayudarles a disminuirlo y sobrellevarlo con los recursos a nuestro alcance.


No hay comentarios:

Publicar un comentario