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A tod@s las madres, padres, enfermer@s o estudiantes de enfermería y gente en general preocupad@s por dar los mejores cuidados a l@s más pequeñ@s.
Espero que la información proporcionada os guste y sea de utilidad.

martes, 31 de enero de 2012

TÉCNICAS DE ALIMENTACIÓN QUE NO INTERFIEREN CON LA LACTANCIA MATERNA
Para suplementar a los niños evitando usar biberones, todas ellas compatibles con la lactancia materna y sin riesgo de provocar confusión en la succión de los bebes (síndrome de confusión del pezón) y otros posibles problemas. Muy útiles especialmente si el bebé está ingresado.
La elección del método dependerá de las circunstancias y las preferencias tanto de la madre como del niño pues no es lo mismo dar un suplemento ocasional o por un periodo corto de tiempo que por periodos más prolongados,  que lo hagan los padres o un sanitario, que se trate de un prematuro, un bebé a término o un lactante.
Como recomendaciones generales:
En caso de que no se disponga de suficiente leche materna (extraida previamente) para cubrir las necesidades del bebé, éste puede recibir, según criterio médico, fórmula artificial o leche materna de banco.
- Al administrar cualquier suplemento a un niño, es conveniente que no esté reclinado sino incorporado, sentado en posición vertical o semivertical (salvo en el caso del relactador).
- No suele ser necesario esterilizar los recipientes, sino que basta con lavarlos bien con agua caliente y jabón.
- También es importante evitar  verter la leche dentro de la boca del niño en vez de dejar que éste la sorba o la beba a lengüetadas.
La relactación es posible para cualquier mujer. En estos casos es esencial la motivación de la madre y, por supuesto, el apoyo de profesionales y grupos de apoyo. Al principio se administrará la cantidad completa de suplementación. Lo más importante es dejar que el bebé mame cuanto más mejor, al menos unas 10 o más veces en 24 horas. Se recomienda ofrecer el pecho cada dos horas y siempre que parezca que quiera. Es muy importante proporcionar contacto piel con piel, así como dejarle todo el tiempo que necesite en cada pecho hasta que se retire. En una semana pueden aparecer las primeras gotas de leche, si se estimula el pecho por lo menos diez veces al día. Aproximadamente, la mitad de todas las madres que relactan son capaces de amamantar exclusivamente, es decir sin suplementos de leche artificial, en un mes. Es importante transmitir que, independientemente de la cantidad de leche que se vaya produciendo y el tiempo que se necesite, lo importante es el contacto y la relación afectiva que se establece.
Tipos:
1. Recipientes especiales para alimentar a los lactantes servidos por las grandes farmaceúticas. Los más recomendables son los que no tienen ni picos ni tapas, ya que se pueden limpiar sin dificultad. Un ejemplo es el paladai, una taza acanalada que se usa hace tiempo en la India, se usan sobretodo en el caso de bebés prematuros o de bajo peso.
2. Con cuchara, puede resultar útil como práctica transitoria para que los padres aprendan a dar leche a sus hijos en cantidades pequeñas. Sin embargo es un proceso lento, y existe el peligro de que las personas a cargo se impacienten  y que los niños escupan la leche por falta de coordinación o por mala técnica del adulto. Hay una variante con recipientes-cuchara más eficaz a la anterior. Se trata de un cilindro, donde se introduce la leche extraída, que incluye una válvula y un reservorio de silicona con el borde contorneado para poder ser utilizado aún en las bocas más pequeñas y que actúa a modo de “cuchara”. Por la facilidad de su uso y su parecido al biberón suele ser una buena alternativa, especialmente si la persona que alimenta al niño es reacia a utilizar otros métodos que perciba como “raros”.
3. Con taza o vaso, resulta conveniente tanto para los niños prematuros como para los nacidos a término. En muchos casos, los bebés pueden ser alimentados directamente con taza cuando llegan a la edad de 30 semanas de gestación. Aunque las tazas o vasos de menor diámetro pueden reducir el peligro de derrames, en muchos sitios se utilizan las tazas de té ordinarias, también se pueden adquirir vasos comercializados específicamente para la alimentación de los bebés. Para usarlos conviene apoyar la taza o vaso sobre los labios del bebé, de forma ligeramente inclinada de modo que la leche apenas alcance a tocar sus labios mientras la taza o vaso descansa apoyado sobre su labio inferior con los bordes tocando la parte externa de su labio superior. Los bebes con bajo peso suelen llevar la leche a su boca con la lengua, mientras que los bebés a término o mayores la succionan.

4. Con jeringa,  puede ser una muy buena alternativa para prematuros o a término las primeras semanas. En estos casos conviene encontrar una jeringa que se pueda manejar con comodidad con una sola mano y que a la vez tenga la mayor capacidad posible para evitar rellenarla demasiadas veces. Se puede hacer utilizando únicamente la jeringa y vertiendo la leche sobre la lengua del bebé para que éste la vaya ingiriendo, nunca hay que introducir la jeringa dentro de la boca ni verter allí su contenido. Si la cantidad a suplementar es poca también se puede hacer con un cuentagotas. O la técnica del dedo-jeringa para evitar que se derrame leche fuera de la boca del bebé. Consiste en introducir dentro de la boca del niño un dedo limpio de forma que se haga una ligera palanca, apoyando el dedo en la zona alveolar superior y desplazando la mandíbula inferior hacia abajo. Conviene verificar que la posición de labios y lengua sea la correcta. Habitualmente el niño empezará a “mamar” del dedo en posición correcta, colocará la lengua debajo del dedo y lo succionará haciendo presión hacia arriba, con los labios bien evertidos. A continuación, con la otra mano se apoya la punta de la jeringa sobre el labio inferior del niño, en el hueco entre el dedo y la comisura de la boca, y lentamente se va vertiendo la leche, apuntando la jeringa ligeramente hacia abajo, de modo que el niño se la va comiendo mientras sigue succionando el dedo.
Al introducir el dedo es importante no sobrepasar nunca el primer tercio de la lengua. Este sistema de alimentación es muy rápido y eficaz. Está especialmente indicado en el caso de bebés que hayan desarrollado el “Síndrome de Confusión de Pezón” ya que el uso del dedo sirve asimismo para realizar un ejercicio de fisioterapia de la succión, controlando la correcta posición de labios y lengua, manteniendo su boca abierta y enseñando al bebé la forma correcta de succionar.  Un posible inconveniente es que, para realizarla, se necesitan las dos manos por lo que es imposible hacerlo y sujetar al bebé al mismo tiempo. O bien se hace entre dos personas o bien hay que apoyar previamente al bebé sobre una superficie inclinada (las propias piernas).
5. Relactador, consiste en un recipiente que la madre se cuelga alrededor del cuello y del cual, a través de una válvula, salen dos sondas que se adhieren a cada seno llegando la punta de cada sonda al extremo de cada pezón. Los tubos son pequeños y suaves y pasan desapercibidos por el bebé. Está especialmente indicado en el caso de procesos de relactación o de inducción de la lactancia. También sirven para animar a bebés reacios a succionar, para que se prendan del pecho, ya que con relactador el  alimento fluye más rápidamente y en mayor cantidad que si únicamente mamaran. Puesto que el bebe toma la leche del relactador al mismo tiempo que mama, se consigue estimular la producción de leche de la madre y se evitan problemas de confusión de succión. Las sondas pueden tener distintos diámetros, por lo que la leche fluye en mayor o menor cantidad según convenga. A menudo se empieza por la más amplia y, a medida que se va relactando, se van utilizando sondas cada vez más estrechas, para que el bebé cada vez tenga que hacer un mayor esfuerzo para alimentarse. A no ser que se suplemente por este sistema a dos bebés a la vez, habrá que pinzar una de las sondas mientras se utiliza la otra, para que no se derrame la leche. Conviene limpiar el recipiente y, sobretodo las sondas, inmediatamente después de utilizarlas, ya que si la leche llega a secarse dentro, puede ser un problema eliminarla. Algunas madres han comentado que el relactador les permitía ahorrar tiempo, al poder amamantar y suplementar a la vez. Otras comentan que las tomas son muy largas, especialmente al principio de la relactación, y también que no siempre es fácil ni rápido “cogerle el truqui” al manejo del relactador, aunque también es cierto que se mejora con la práctica. También hay bebés que se enganchan al sistema de los relactadores  y aprenden a utilizar las  sondas como pajitas y obtienen así un flujo de leche constante. Si se observa que el bebé hace esto, hay que ir interrumpiendo el flujo de leche (pinzando la sonda) para que el bebé  no se acostumbre y succione de manera correcta.

Puedes hacer uno casero con una sonda y un vaso.
6. Con sonda naso u orogástrica, si el recién nacido no tiene reflejo de succión, no debe o puede hacerlo (fisura palatina, intervención quirúrgica reciente en el paladar, etc.); en “gavage” (intermitente o contínua) en bomba o se colocará directamente al pecho y se pondrá por gravedad. Administrada en perfusión continua, la leche pierde parte de su grasa en las paredes de la jeringa y del tubo, y corre el riesgo de alterarse al permanecer cerca de cuatro horas a temperatura ambiente, por eso se prefiere su administración intermitente. Si no tolera esta forma de administración, se recomienda la perfusión continua de la leche durante períodos no superiores a una hora y agitar frecuentemente la jeringa. Mientras se administra la toma por sonda, se estimulará la succión no nutritiva ya que mejora la tolerancia, facilita la transición a alimentación oral y disminuye la estancia hospitalaria.