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A tod@s las madres, padres, enfermer@s o estudiantes de enfermería y gente en general preocupad@s por dar los mejores cuidados a l@s más pequeñ@s.
Espero que la información proporcionada os guste y sea de utilidad.

martes, 31 de enero de 2012

SUCCIÓN
Función que madura en torno a las 30-34 semanas de gestación y cuyo fracaso condicionaría nuestra supervivencia. De la misma manera que al nacer debemos estar preparados para respirar lo debemos estar para succionar y alimentarnos al pecho (lactancia materna). Es la función más potente e intensa del recién nacido. El reflejo de succión es un reflejo arcaico que se da en los seres humanos durante las primeras semanas de vida, generalmente hasta los cuatro o seis meses en que se extingue como función básica. 
Se activa cuando un objeto entra en contacto con los labios del recién nacido proporcionando que la boca se ponga a succionarlo. Su función es la de succionar el pezón de la madre para garantizar una lactancia más eficaz. Su existencia es prueba de madurez en el niño.
La presión negativa de la succión y la presión positiva de la lengua sobre el paladar permiten el funcionamiento armónico de la succión, deglución y respiración.

Signos de su extinción: aparición de los primeros dientes, aumento de la salivación y el llevarse objetos a la boca para morderlos.
Se ha denominado "succión nutritiva" a la que contribuye a la ingesta mientras que la "succión no nutritiva" no se trata de una succión "diet" que no alimenta, sino de una succión voluntaria y aparentemente muy placentera.
Mucho antes de que exista discriminación ocular, la boca explora, succiona el pulgar, degusta y deglute el liquido amniótico. Nos maravillamos viendo a un prematuro de 30 semanas entusiasmarse y succionar su pulgar entero dentro de la boca en forma cíclica y periódica mientras sus ojos permanecen cerrados. Todo funciona como si hubiera una vigilia o alerta oral antes de que sea nítido y útil el alerta visual. En los hechos, el recién nacido explora y se interesa con la boca antes que con la mirada. Si existe una vigilia oral, nuestras primeras comunicaciones, los momentos de placer y de aversión, incluirán esa ruta biológica y el intrincado juego social le agrega interés y complejidad.
La succión está involucrada en otras áreas, además de la alimentación, el estimulo sensorial y el apego.
Al nacer tenemos una vía aérea alta estrecha y colapsable, sobre todo en el sueño. Los prematuros hacen apneas obstructivas frecuentemente. La actividad muscular de succión intensa y prolongada, sin ingesta, puede ser un ejercicio tonificante de valor protector seleccionado por la evolución. Sabemos que la tonificación muscular de la vía aérea alta se está estudiando en el tratamiento del ronquido a raíz del hallazgo casual de la disminución de esta molesta afección entre los aficionados a tocar el didgeridoo, un largo instrumento de viento de los aborígenes australiano.

No debemos recomendar el uso del chupete de forma contínua (la prolongación de la succión como única forma de ingerir líquidos o como hábito de succión vacía, se considera disfunción e interfiere con el desarrollo normal de las estructuras morfo-funcionales del sistema estomatognático) pero tampoco prohibirlo, de hecho en Neonatología es un aliado muy importante junto con una solución de sacarosa como método de analgesia no medicamentosa durante la realización de algún procedimiento doloroso (pinchazo: para extracción de sangre, vacunas, etc.). Mitchel, Blair y L'Hoir han sintetizado correctamente la bibliografía disponible sobre la práctica del chupete y describen la punta del iceberg de la función de succión, tan compleja como importante en los mamíferos altriciales. función que madura en torno a las 30-34 semanas de gestación y cuyo fracaso condicionaría nuestra supervivencia. El chupete debe ser lo más parecido a el pecho de la mama, la base debe ser ancha emulando a la areola y la tetina lo suficientemente larga como para llegar a la base de la lengua, con agujeros pequeños que obliguen a realizar un esfuerzo de succión.

La no satisfacción de la necesidad de succión por una lactancia breve, generará hábitos nocivos de succión que generan maloclusiones y otras patologías funcionales. Según investigaciones el niño debe hacer al menos 60 minutos diarios de ejercicio de succión-deglución durante 180 días para satisfacer la  necesidad que viene codificada en el programa funcional y estimular adecuadamente el desarrollo de las estructuras óseas y dentarias. Esto equivale por lo menos a 4 mamadas diarias de 15 minutos cada una, durante 6 meses.

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