Tipos de diálisis:
- Diálisis renal
- Hemodiálisis
- Diálisis peritoneal
- Hemofiltración
- Hemodiafiltración
- Diálisis en bioquímica
- Diálisis en Lubricación
En neonatos se utilizan
- Diálisis peritoneal.
En
esta técnica el compartimento de mayor presión
osmótica es la cavidad peritoneal, en la cual introducimos un liquido de mayor presión osmótica que la sangre. La membrana
semipermeable que los separa es el peritoneo. No se puede aplicar en pacientes intervenidos de cirugía abdominal y las pérdidas de líquido son limitadas.
- Hemofiltración.
Se
basa en la convección. La ultrafiltración se
produce cuando el agua es empujada por una fuerza hidrostática u osmótica a
través de la membrana. Los solutos pasan a través de los poros de la membrana
sin requerir gradiente de concentraciones. La membrana es mucho más porosa y permite el paso de una
cantidad mucho más grande de agua y solutos a través de ella que la hemodialisis.
- Hemodialfiltración.
Es
una combinación de hemofiltración y hemodiálisis.
Consiste en introducir en el compartimiento de ultrafiltrado
(ej. ECMO) un flujo continuo en dirección contraria de una sustancia dializante
por lo que añadimos difusión al mecanismo de funcionamiento del hemofiltro, siendo esta una técnica mucho más completa.
Indicaciones de las TDEC
Pueden resumirse con las vocales:
U-uremia.
No existe consenso sobre el valor de urea o creatinina para iniciar la TDEC.
O-oliguria
y/o hipervolemia. Aunque se ha recomendado su utilización precoz en la hipervolemia
y/o oliguria sin fracaso renal no se ha demostrado claramente que mejoren
el pronóstico.
E-electrolitos:
alteraciones electrolíticas severas: hiperkalemia, hipocalcemia,
hipercalcemia, hipernatremia, hiponatremia, hipermagnesemia, descompensación de
enfermedades metabólicas.
A-
acidosis metabólica.
I-
intoxicaciones (ácido acetil saliclílico (AAS), litio, alcoholes,
aminoglucósidos, teofilina, fenobarbital).
Cada vez se utilizan más en otras situaciones como
Shock séptico y fallo multiorgánico, insuficiencia cardiaca refractaria a
tratamiento médico, síndrome de lisis tumoral y rabdomiolisis, fallo
hepático agudo, y Cirugía cardiaca con circulación extracorpórea.
No existe ninguna contraindicación absoluta para la
utilización de las TDEC.
Material
Vía venosa central: la vía dependerá de la situación y características
del paciente. La vena yugular es la que produce menos trombosis pero es más
difícil de fijar y mantener en pacientes no relajados; la vena femoral tiene
menor tasa de complicaciones en la canalización pero mayor riesgo de trombosis
y de problemas de aspiración y retorno; la vena subclavia es la de mejor
fijación y mantenimiento, aunque tiene mayor riesgo de canalización sobre todo
en pacientes con coagulopatía.
Catéteres: para
conseguir un flujo sanguíneo adecuado es necesario utilizar catéteres cortos y
de gran calibre: en niños con peso menor de 3-4 kg 2 catéteres de 4 Fr o uno
de doble luz de 5,5 Fr.
Se recomienda colocar una llave de 3 pasos en cada una de las líneas para
poder comprobar la permeabilidad del catéter durante la terapia.
Circuitos: deben
tener el menor volumen de purgado posible para reducir la repercusión
hemodinámica.
Filtros: cambian en su composición (polisulfonas,
poliacrilonitritos) y sobre todo la superficie según la edad y el peso
del paciente. Membrana (parte del hemofiltro)
A
grosso modo son polímeros que pueden ser dispuestos en forma de membrana
asimétrica consistente en una fina capa que se pone en contacto con la sangre.
Los
poros de esta membrana se disponen de forma diferente en diferentes tipos de
membrana, pero presentan características de tamaño similar en todas ellas, y
son las que permiten que el agua se difunda.
Los
polímeros de uso habitual son : polisulfona, poliacrinolinitrilo, poliamida y polimetilmetacrilato.
Estas
membranas pueden ser moldeadas para su inclusión en filtros diferentes según la
geometría de disposición de la membrana (en placas o capilares), su longitud o
superficie.
En
la elección de la membrana es fundamental:
- Biocompatibilidad
Ya
que no se trata de usar un filtro para depurar la sangre, sino que estamos
introduciendo en el organismo un agente extraño que en contacto con la sangre
determina una compleja y activa respuesta por parte del paciente (sistema del
complemento, etc.)
- Capacidad de absorción
Capacidad
de la membrana de retener sustancias perjudiciales para el organismo
- Superficie activa de filtrado a emplear
Existe
relación directa con el volumen de ultrafiltrado y de
éste con la supervivencia de los pacientes
- Forma y geometría en que se dispone
En
la disposición en placa existe menor resistencia a los flujos y menor caída de
presión interna del sistema. Se utiliza más en las técnicas arterio-venosas.
Actualmente
los filtros con estructura capilar se disponen de forma que contienen más
fibras y son más cortas, con lo que disminuye la resistencia interna y existe
menos concentración proteica en su interior.
Bombas o monitores de depuración extrarrenal: los monitores de depuración extrarrenal tienen de 1 a 6 bombas.
- Bomba de sangre que regula el flujo
sanguíneo: 10 a
450 ml/min.
- Bomba de infusión del líquido de
reposición (también denominado reinyección o sustitución). 100 ml a 8 L/h.
- Bomba de infusión del líquido de
diálisis.100 ml a 8 L/h.
-
Bomba para regular el ultrafiltrado (efluente):10 ml a 10 L/h
- Bomba de infusión de heparina.
- Bomba adicional: para infusión de otro
anticoagulante por ejemplo citrato)
Líquidos de reposición y de diálisis: el líquido
de reposición debe tener una concentración de electrolitos parecida a la
sangre.
El líquido de reposición se puede administrar antes
del filtro, lo que diluye la sangre y disminuye el riesgo de coagulación,
aunque reduce ligeramente la eficacia, o
después del filtro.
Con
la ultrafiltración obtenemos una solución con la
misma composición del plasma para partículas con tamaño inferior al poro de la
membrana (casi todos los componentes del plasma sin proteínas: Na+, K+, Ca++,
P, Mg, Cr, Cl, Glucosa, CO2, Nitrógeno seico) hasta 15
l/día.
Así que, la solución ideal será la que reponga los componentes normales
del plasma, obviando las sustancias que deseamos eliminar.
Aproximadamente
se realiza un cambio diario de más de 6 veces el volumen plasmático total, por
lo que cualquier pequeño cambio en la composición del líquido de reposición
tendrá profundas y muy rápidas repercusiones sobre la composición del medio
interno del paciente.
Actualmente
existen varias mezclas comercializadas que presentan sólo diferencias en
contenido de glucosa y K+ que ofrecen más facilidad de manejo por su
elevado volumen ( 5 litros),
y mejor seguridad bacteriológica frente a soluciones como el Ringer lactato o el suero fisiológico, que precisan más
cambios y mayor manipulación (mayor riesgo de infección y más cargas de
enfermería.)
Hay
dos cosas a tener en cuenta:
- La pérdida de aminoácidos con el ultrafiltrado
(1,2-7,5 g/día) que habrá que tener en cuenta al valorar la nutrición del
paciente
- La necesaria monitorización del medio interno del paciente para
evitar cambios hidroelectrolíticos importantes y
mórbidos
Técnica
1º.
Canalizar las vías.
2º.
Purgar el circuito con 1-2
litros de suero salino heparinizado (5.000 UI/L),
comprobando cuidadosamente que no queden burbujas de aire en el filtro y
circuito. Seguir las instrucciones del monitor de depuración utilizado.
3º. Valorar
el tipo de conexión y la necesidad de un cebado complementario:
Existen dos
tipos de conexión en función del destino del líquido de cebado del circuito: desechando
el líquido (se produce una disminución de la volemia más importante cuanto más
pequeño sea el niño) o administrándoselo al paciente. Tener en cuenta que el
purgado heparinizado contiene una importante cantidad de heparina.
En neonatos y lactantes pequeños tras el
purgado con suero salino heparinizado se puede cebar el circuito con sangre,
plasma, albúmina al 5 % o coloide sintético para poder administrar este purgado
y evitar la hipovolemia brusca al conectarle.
4º Conectar el lado arterial al paciente
(o ambos lados si se decide no desechar el purgado) y dejar que la sangre del
paciente vaya llenando el circuito y el filtro. Se puede programar un flujo de
sangre bajo durante los primeros minutos y, si el paciente lo tolera
hemodinámicamente, aumentar progresivamente hasta alcanzar el flujo de sangre
deseado.
5º En caso de anticoagulación con
heparina: administrar el bolo de heparina prefiltro en el momento que se llene
de sangre de la conexión e iniciar la perfusión continua.
5º Cuando la sangre esté llegando al
extremo venoso conectar éste al paciente (si se estaba desechando el purgado).
6º Programar el flujo de sangre y/o
balance de líquidos. Se puede iniciar la técnica con balance neutro e ir
aumentando de forma progresiva el volumen de ultrafiltrado de acuerdo a la
tolerancia hemodinámica. Flujo de sangre: entre 3 y 10 ml/kg/min,
hasta un máximo de 180 ml/min según la tolerancia del niño y el calibre de las
vías y la superficie del filtro.
Anticoagulación:
se realiza generalmente
con heparina, administrada previa al filtro.
· Un bolo de 20 a 50 U/kg/iv al conectar al paciente.
· Una perfusión a 5-20 U/kg/h.
La anticoagulación se controla mediante
el tiempo de coagulación activado (ACT) postfiltro que debe estar entre 180-200 s o el TTPA (tiempo de tromboplastina
activado) entre 1,5 y 2 veces el control. En general a menor flujo sanguíneo
mayor necesidad de heparinización.
Alternativas a la heparina:
· Citrato: se basa en la capacidad del
citrato de quelar el calcio iónico impidiendo la activación de la cascada de la
coagulación. Se precisa conseguir una concentración de citrato
entre 3 a
6 mmol/L para mantener un calcio iónico
postfiltro <0,35 mmol/L o ACT > 200 s. La anticoagulación es regional
(sólo en el circuito) y posteriormente se administra calcio por otra vía o en el retorno del filtro al
paciente para antagonizar el efecto. La dosis de citrato se calcula mediante la fórmula:
Dosis de citrato = Flujo de citrato x concentración de citrato/flujo de
sangre programado
(Flujo de citrato en ml/min; Concentración en mmol/L; Flujo de sangre en
ml/min).
El citrato consigue una duración de los filtros igual o mayor
que la heparina con menor riesgo de sangrado pero precisa un control cuidadoso
de los niveles de calcio iónico, una línea prefiltro para su administración y
otra postfiltro o en el paciente para infusión de calcio y utilizar líquidos de
reposición sin calcio. Como complicaciones puede producir alcalosis metabólica,
hipocalcemia e hipernatremia.
· Heparina de bajo peso molecular: es difícil regular la dosis necesaria para
evitar la coagulación del filtro ya que se puede realizar control de
anti-Xa de urgencia.
· Neutralización de la heparina mediante administración de protamina postfiltro.
Es complicada de regular.
· No administrar heparina y realizar lavados periódicos del circuito con bolos de
suero salino. Produce menos riesgo de sangrado pero los filtros se coagulan
más.
Balance hídrico: se debe programar el balance negativo deseado
y realizar un cuidadoso balance horario de entradas y salidas.
Cambio de filtro: los filtros se pueden cambiar de forma
programada cada 24-72 h o cuando haya signos de coagulación del filtro (aumento
de la presión transmembrana y presión de caída del filtro). Los cambios
programados permiten elegir la mejor hora para realizarlos y reinfundir la
sangre del circuito al paciente, pero suponen mayor trabajo de enfermería y
gasto ya que en general suponen un cambio más frecuente de filtros.
Control
de la temperatura: las
TDEC producen hipotermia. Para evitarla se pueden utilizar sistemas externos
(cunas térmicas, mantas), sistemas de calentamiento de la sangre y calentar los
líquidos de reposición y/o diálisis. Algunos monitores de depuración
extrarrenal tienen un sistema de calentamiento incorporado.
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